Las madres que trabajan enseñan con el ejemplo. Generalmente se sienten en deuda con sus hijos, especialmente en edad escolar por no estar en casa para hacer las tareas, cenar y jugar con ellos todos los días. Eso es lo que ellas dicen cuando tienen que viajar por trabajo o cuando terminan su jornada muy tarde y no disponen de suficiente tiempo para interactuar con sus familiares.
En veinte años de experiencia en la docencia he observado miles de estudiantes y familias por lo que me atrevo a decirles que los niños de las madres ocupadas crecen creyendo que:
Deben esforzarse en la vida para ganar dinero
Trabajando se puede llegar a tener lo que se necesita
Su trabajo de niños es estudiar.
Estas creencias serán sin duda las que guíen sus pasos desde su infancia hasta la vejez, por lo que es muy probable que se comporten de la misma manera y que se conviertan en gente productiva y ocupada en el futuro.
Las madres ocupadas siempre están en deuda con sus hijos por lo que es más probable que al compartir momentos con ellos se esfuercen más que las que están todo el tiempo en casa. Las madres ocupadas disfrutan más cada instante en comparación con las que están a cargo de supervisar y cuidar a sus hijos todo el tiempo, de llevarlos y recogerlos en la escuela, de hacer las tareas con ellos, de prepararles la comida cada vez que tienen hambre.
Las madres de tiempo completo pueden ser sin saberlo una compañía tóxica para los hijos ya que si ellas acumulan frustración por no experimentar éxito a nivel laboral o profesional o si sienten que su trabajo en casa no es valorado, generalmente son negativas y sus comentarios de frustración son escuchados todo el tiempo por sus hijos. Estos niños reciben todas las frustraciones de sus madres sin poder hacer nada para cambiar la situación. La relación de los hijos con las madres ocupadas puede ser más positiva que con las madres de tiempo completo si no se tiene un razonamiento y estrategia o un plan de convivencia bien establecido.
Pero debo aclararles que puede haber excepciones, puede haber madres ocupadas que no estén experimentando éxito en la crianza de sus hijos. Ya hemos observado niños que son diferente a la descripción arriba descrita, si los hijos de las madres ocupadas no son dedicados, ni luchadores, ni exitosos debemos analizar dos aspectos importantes: el primero es el trato a nivel emocional que dichas madres les han dado a sus hijos y el segundo es la presencia de trastornos de aprendizaje. Cuando uno de estos dos aspectos está presente, no importa si la madre es ausente o presente con seguridad habrá situaciones que resolver para garantizar el equilibrio pleno de los niños.
Para concluir, felicito a las madres ocupadas que al llegar a casa le llevan a sus hijos: atención, oídos para escucharles, cariño que regalarles, risas y mucho amor que compartirles. Ellas saben que nunca deben sustituir su presencia por regalos materiales, porque así se crea vacíos emocionales que después ellos no podrán llenar en el resto de su vida. Nunca sientan culpa por trabajar tanto, sientan culpa por no disfrutar verdaderamente la presencia de sus hijos cuando estén con ellos.
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